sábado, 9 de noviembre de 2013

Recurrentes pensamientos de la oscuridad absoluta

Quiero pensar con todas mis fuerzas que es distinto, que junto a mi contexto he cambiado. Que barbaridad. No puedo engañar a nadie. Ni aunque lo simulase completamente confiada, ni yo me creería esa ridícula farsa.
Sensible. Crédula, demasiado. Sigo siendo esa estúpida niña de 16, aquella que se vestía de negro, aquella que se juraba de estilo emo-gótico. Sigo siendo la misma, aquella que escuchaba horas y horas música deprimente para sólo hundirse más y más en aquel agujero de pensamientos que ella misma se creó.
Pero juro que quiero cambiar, desde hace ya tiempo. Quiero decir, está bien, quizás esa muchacha no provocó su muerte, pero ella simplemente estaba tan centrada en "su desgracia" - completamente exagerada - que no se percató de nada hasta que era demasiado tarde.
"¿Estás contenta?", creo que me diría a mi yo pasado, "Ahora sí que tienes algo por lo que estar realmente mal".
No. Ya no me tiene excesivamente mal. Simplemente aún no me puedo perdonar lo sucedido. Por ello, sólo quiero cambiar. Dejar de ser esa niña, aquella muchacha que se hacía llamar "Steph", aquella muchacha que no estuvo ahí para aquel sensible personaje.
Quiero decir, ni siquiera se percató de la miseria que lo rodeaba, aquella miseria que lo llevó a acabar con su vida. ¿Cómo no querría dejar de ser ella?
¿Lo que más temo? Que todo se vuelva a repetir. Tres años me ha tomado sana a duras penas mi pobre corazón. Creo que no podría soportarlo de nuevo. No, no esta vez.
Pero, ¡vamos! A punto de cumplir la veintena, aún no puedo dejar a esa tan apagada muchacha fuera de mi ser. He querido esconderla, taparla con un millar de colores, sonrisas, historias, pero ahí está, acechando como una espantosa aparición sacada de una película de terror. Y vive recordándome aquel doloroso momento. Y creo que lo seguirá haciendo.

"Recurrentes pensamientos de la oscuridad absoluta"

No hay comentarios:

Publicar un comentario